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SmokeLong Quarterly

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Música al cuchillo

Historia por Samuel Solórzano Cisery (Lee la entrevista del autor) 12 de diciembre de 2021

Photograph by Reza Hasannia

Fue en la cocina, mientras cortaba una cebolla para la ensalada, cuando César laceró mínimamente el dedo anular de su mano izquierda y descubrió que de la herida brotaba música. Con la cara todavía impávida acercó su dedo al oído, y pudo detallar una escueta escala musical donde predominaba la nota fa. Para salir de la duda, puso el dedo índice sobre la punta del cuchillo y provocó una herida parecida al anterior; y gracias al nuevo dedo ahora la escala musical tenía sentido y ambos dedos armonizaron unos cálidos sonidos mientras la cebolla y los pepinos se impregnaban con la sangre. César, ya un poco desesperado, fue hacia la nevera en búsqueda de otro cuchillo menos afilado; él quería saber si era el objeto la causa de este absurdo o más bien era su cuerpo que empezaba a tener un despertar melodioso. Con el nuevo cuchillo se apuñaló la palma de su mano y en la enorme herida quedó empozado una larga y perturbable nota de sol que ensordeció los oídos de César. Después de aquel incidente, durante una semana, César se laceró distintas partes de su cuerpo para saber qué nuevos sonidos encontraba. Así fue que descubrió que los pies tienen una melodía insipiente; que los antebrazos tienen el arpegio de las cuerdas de una guitarra; que los hombros tienen un reverbero peculiarmente igual al de las rodillas, pero un poco menos metálico. César, quien nunca antes aprendió a tocar algún instrumento y que a duras penas lograba silbar, confirmó que no estaban del todo equivocados los estúpidos críticos cuando dicen que la música es una fuente que brota del alma.

Más allá de ver una divina forma de lucrarse, César pensó en el prestigio que él conseguiría ante la gente. Dejar de ser alguien del montón para volverse pionero de una música que verdaderamente corta los sentidos. Es así que salió a una calle concurrida de su barrio O Chiado llevando consigo una mesita y unos cuchillos de diferentes géneros. Todos los días se ponía al lado de la estatua de Fernando Pessoa y daba muestras de su bendición o casi maldición ante cualquier persona que pasase por allí; y sobre la mesita, a lado de los cuchillos, siempre había monedas e incluso billetes de personas que del horror pasaban al éxtasis. Los músicos callejeros le tenían envidia, y eso César lo percibió y se ufanó mucho más. A veces por la noche, cuando ya recogía sus cosas y se iba (no sin antes ver la estatua con altivez), muchas personas se sentaban a las afueras del café o se aglomeraban parcialmente para esperar que el charco de sangre se secase porque era entonces cuando se escuchaba el clímax del canto de una ópera alemana en voz de contratenor. Parte de las ganancias César las invertía en transfusiones clandestinas que un enfermero corrupto le vendía, y así continuar con la sanguínea faena del día siguiente. Poco más de un mes, a César se le ocurrió lo nunca antes ocurrido mientras veía el vasto número de personas que le rodeaban y esperaban convertirse en melómanos a golpes de cuchillo. Había llegado su momento de gloria. Tomó un machete de mata ganado y en un rápido tajo cayó su brazo por completo hacia el suelo. Hasta ahora no se ha escuchado una sinfonía tan suntuosa donde solo la estatua de Pessoa permaneció imperturbable.

Sobre el autor

Samuel Solórzano Cisery. Barranquilla, 1996. Poeta. A raíz de haber nacido con dificultades en el habla, desde muy niño se vio inclinado a los libros y a los poemas, siendo la literatura su puente más próximo para comunicarse. Entre los reconocimiento ha recibido se haya: Tercer lugar del Concurso Departamental Meira del Mar (2011), Segundo lugar del Concurso Nacional de poesía INSTENALCO (2012) y Segundo lugar Concurso de poesía Mesa de Jóvenes PoemaRio (2016). Actualmente estudia Literatura en la Universidad Autónoma de Bucaramanga y adelanta su Diplomado de Filosofía Clásica en Nueva Acrópolis. Publicó su libro “Las Sombras del Océano” en el año 2013, y varios de sus poemas han aparecido en diferentes revistas culturales en Colombia y Venezuela.

Sobre el artista

Reza Hasannia is a photographer from Tehran, Iran.

Esta historia apareció en SmokeLong en Español — Número Tres de SmokeLong Quarterly.
SmokeLong Quarterly SmokeLong en Español — Número Tres
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